«Sonaba esa canción pegajosa y rítmica, inevitablemente me remonté al momento en que la escuché por primera vez y sonreí. Y ahí, justo en una esquina de mi memoria estaban otra vez todas las personas, las cosas, la felicidad en sí. Sin poder evitarlo bailé. Bailé con el cuerpo y con el alma. con el recuerdo; bailé con pasos diferentes y con los mismos de siempre, bailé frente al espejo con esa otra persona divertida y simple observándome.
«Durante un momento fui niña y estabas ahí. Fui adolescente una vez más y me observaste. Fui yo ayer y ahora, y una mirada sola me hizo llenarme de energía, de sol y risas. ¡Cuánto puede decirse con el cuerpo! ¡Cuánto puede sentirse con el baile!
Al terminar la pieza, me sentí entera y renovada. Otras manos, otras voces, otro tiempo se encuentra dentro de cada uno con una explosión pegajosa… ¡Baila mami!»
Equilibre. Claridad. Energía. Persona 